lunes, 10 de octubre de 2016

¿POR QUÉ SUFRIMOS?. CLAVES PARA DEJAR DE SUFRIR

El sufrimiento que padecemos toda la humanidad es consecuencia de la manipulación que el ego nos hace a cada uno de nosotros sin ser consciente de ello. Saber que soy yo quien creo todas las situaciones dolorosas de mi vida resulta muy loco y  descabellado pero aceptar este hecho puede ser el inicio del fin de mi sufrimiento.
Cuando alguien me explica que está muy enfadado con otra persona y empieza a contarme todos los agravios que supuestamente le han hecho, escucho pacientemente y les digo.
Todo eso que te hacen es lo que tu misma te haces a ti misma. ¿Por qué eso es así?, pues porque el Ego se interpone tapando todo lo bueno que tienes y dejando que salga todo lo malo.
El ego impide que seamos conscientes de nuestro lado negativo. Nos lo oculta de tal manera que podremos enfadarnos muchísimo con las personas que tienen el valor de decirnos a la cara que tenemos celos, envidia, soberbia y que somos egoistas, tacaños, etc. De tal manera esto es así, que solo lo recriminamos cuando estamos muy enfadados y deja de importarnos que se enfaden con nosotros. 
Si pudiéramos ser humildes y aceptar las críticas que se nos hacen podríamos avanzar muchísimo en nuestro deseo de alcanzar la felicidad. Si pudiéramos escuchar e interiorizar lo que se nos dice, podríamos ver que efectivamente si tenemos todo de eso que se nos acusa pero que no podemos ver como lo manifestamos en el exterior porque el Ego, en su astucia y maldad, pondrá un velo entre tu y los demás para que no veas como te comportas con tus seres queridos. Cuando ellos se quejen amargamente de tu mal comportamiento hacia ellos si en lugar de sentirnos víctimas inocentes , tenemos el coraje de preguntar que es lo que verdaderamente ha pasado y si pudiéramos encajar todo lo que se nos dice sin estar preparando una defensa o un ataque, entonces podríamos dar un salto cuántico hacia nuestra mayor realización como seres humanos y alcanzar la paz.
En conclusión, Si cada vez que alguien nos recrimina por ser mala persona y nosotros somos incapaces de ver que eso pueda ser verdad, solo tenemos que meditar profundamente y buscar y rebuscar hasta que encontremos dentro nuestro un ser perverso y diabólico que quiere solo destruirnos. Cuando lo hayamos descubierto, sabremos entonces de su poder para manipular lo que haga falta y así provocar malos entendidos y discusiones bizantinas que rompan el corazón a todos los implicados, sobre todo el nuestro.